El orujo blanco gallego es un licor denso de color transparente que resulta ideal para terminar una buena comida o preparar las célebres queimadas gallegas, uno de los rituales más difundidos del aguardiente, heredado de civilizaciones antiguas, con un componente mágico.
En maceración lenta, la aguardiente absorbe todo el aroma y sabor intenso del café, naciendo así un licor que nos traslada a las cocinas de nuestras abuelas.
Elaborado con aguardiente de orujo de la zona del Ribeiro.
Deja en el paladar un marcado aroma herbáceo, fruto de una maceración lenta y mimada al modo artesanal, como lo hacían antiguamente en el rural gallego.
Fruto de ello se obtiene este delicioso licor, de color amarillo dorado característico, y un gusto exquisito.
El orujo blanco gallego es un licor denso de color transparente que resulta ideal para terminar una buena comida o preparar las célebres queimadas gallegas, uno de los rituales más difundidos del aguardiente, heredado de civilizaciones antiguas, con un componente mágico.